LA ESCALERA MARAVILLOSA
Existen dos líneas una vertical y una horizontal cuyo punto matemático de intersección forma una cruz que se encuentra dentro de nosotros mismos en el aquí y ahora. En la línea horizontal, encontramos todo aquello que pertenece al tiempo lineal, lo físico, lo mecánico, lo de afuera, como el carro, la casa, la ropa, la profesión…; todas aquellas cosas que si las imaginamos al correr de los años ya no tendrán la misma validez o incluso ya no existirán, no son animadas, no tienen alma… cosas que pierden sentido en nuestra condición de seres mortales presos del tiempo.
Por supuesto que como seres mortales seguimos el proceso por ley de la naturaleza de nacer, crecer, reproducirse, envejecer y morir; sin embargo, siempre tenemos la oportunidad de tomar la vertical de iniciar el ascenso por esa escalera maravillosa en cuya cima está El “Padre nuestro que estás en los cielos”, cada paso en esa ruta nos invita a la conquista de nuestros niveles del Ser.
El hecho de indagar por ese algo que no es preso del tiempo, de tener ese anhelo de saber que hay más allá, de preguntarnos ¿Quiénes somos? porqué un día soy de esta manera y el otro día de otra... ¿De dónde venimos? cuál es el origen del ser humano y su papel en el universo; ¿Para dónde vamos? Qué sentido tiene nuestra existencia, qué hay más allá de la muerte. ¿Porqué vivimos? Cuál es la razón del sufrimiento humano… -No sabemos nada de nada acerca de lo verdaderamente trascendental porque lo otro, lo de la horizontal se queda solo en teorías al respecto.
Al mirar hacia dentro, podemos reflexionar sobre nuestro modo de ser (Diferente de la personalidad que está condicionada por los egos), lo que nos distingue de los demás; ¿somos más amorosos que odiosos?, ¿más pacientes que impacientes? Un lujurioso sin duda se comporta de una forma muy diferente a la de un casto, un borracho es muy diferente a una persona que no tiene ese vicio del alcohol, así mismo atraeremos eso que somos, ¿Qué situaciones en nuestra vida se presentan con frecuencia? Sin duda alguna, esas situaciones son las que atraemos con nuestra forma de ser o con nuestro comportamiento y se repiten y se repiten mientras caminemos sobre la horizontal.
Al diferenciar los niveles del Ser podemos imaginar esa escalera maravillosa en donde algunos estarán más arriba y otros más abajo que nosotros, la vertical no está sujeta al tiempo porque se encuentra en el aquí y ahora, pertenece a estados de conciencia superiores. “Es nuestro deber” manifiesto en el Arcano 11, Buscar el camino angosto, estrecho, difícil que conduce hacia la luz aquella que ilumina el camino vertical el camino hacia el Padre, nuestro único y verdadero Ser.
La MAGIA DEL PERDÓN
“El amor y los resentimientos son sustancias atómicas incompatibles. En el amor no pueden existir resentimientos de ninguna especie. El amor es eterno perdón”. (Samael Aun Weor)
Para subir un escalón en esa escalera maravillosa debemos generar cambios, algo debe morir y algo debe nacer sin embargo en ocasiones nos podríamos sentir como atados, pegados al piso siendo atacados por fuerzas que nos impiden continuar.
Novalis desde su perspectiva filosófica nos dice que “La magia es el poder de actuar sobre el mundo interior a voluntad”, en ese sentido, el perdón hacia nosotros mismos y hacia los demás es mágico porque nos libera del pasado, porque nos permite soltar esas ataduras y andar ligeros ocupándonos ya no del pasado y si del presente en donde se encuentra la Vida, es así que el odio se convierte en Amor y el Amor es la virtud más esplendida del Ser humano, el Amor hacia nosotros mismos y hacia los demás nos transforma y transforma todo a nuestro alrededor haciendo que nuestra luz brille.
Cuando somos movidos por una necesidad de cambio, por esa revolución interior que busca trascender, cuando permanecemos en estado de recuerdo de si, autoobservación y muerte en marcha, así sea por algunos momentos podemos llegar a pequeños estados de conciencia que de alguna manera nos muestran el camino a seguir.
LA PRACTICA DE RETROSPECCION
“Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas”. (Marcos 11:25)
La práctica de la retrospección nos permite ir atrás en el tiempo para encontrar esos nudos, esas fuerzas oscuras que nos mantienen atados al pasado, al tiempo a todo aquello que no tiene trascendencia cuando optamos por el camino vertical.
1. Para esta práctica de retrospección dividiremos nuestro tiempo de vida en siete ciclos más o menos iguales. En esta división podemos tomar como puntos de referencia (separadores de estos ciclos) los acontecimientos llamativos por los que hemos pasado, por ejemplo, un nuevo trabajo, un cambio de casa, el matrimonio, el nacimiento de un hijo, la pérdida de un ser querido, las festividades del año, un viaje inolvidable y así sucesivamente. Cada día que volvemos a un período como este, debemos recordar los acontecimientos notables por los que pasamos, lo que sentimos en ese momento, si algo nos causó alguna pena o molestia, etc.
2. Antes de la retrospección se hace necesario el proceso de relajación mediante la respiración y la imaginación, ya estando en profunda relajación, hacer una oración al Padre para que nos acompañe y guie y a la Madre para que nos acoja en su regazo con su inmenso Amor y elimine cualquier defecto que encontremos y comprendamos.
3. Una vez inmersos en la retrospección vamos a actuar como espectadores, como alguien que está viendo una película. Veremos nuestra vida pasar sin identificarnos.
4. Al regresar en un momento en el tiempo podemos identificar esos acontecimientos que marcan nuestra vida y que aún nos afectan, nos generan tristeza, dolor, rencor, odio entre muchas otras emociones negativas. Puede incluso que en algún momento lleguen imágenes de cosas que no recordábamos o suponíamos haber olvidado.
5. Viviendo de nuevo el suceso como observador, podemos comprender la raíz del nudo, de esa fuerza oscura que nos ata y soltar, dejar ir todo aquello que pertenece al tiempo e imaginar que se convierte en cenizas; comprender que el daño causado en nuestra vida solo es posible cuando desde nuestra inconciencia lo permitimos. Comprender que ya no somos ese niño indefenso, o la mujer engañada o el hombre desvalido que todo hizo parte de nuestro aprendizaje y que incluso aquellos que nos hicieron daño son nuestros espejos, nuestros maestros en ese momento de nuestra vida y que también ellos viven su propia lección.
“En todo momento dado todo el futuro del mundo está predestinado y existe, pero está predestinado condicionalmente, es decir, será este o aquel futuro según la dirección de los hechos en un momento dado, a menos que entre en juego un nuevo hecho, y un nuevo hecho puede entrar en juego solo desde el terreno de la conciencia y de la voluntad que de ella resulte. Es necesario comprender esto y dominarlo”. (P.D. Ouspensky,- Tertium Organum)
¡Paz Inverencial!
*Colaboración: hermanos gnósticos del S.O.S.