"Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda.
Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura.
Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada.
Salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda.
Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras." Apocalipsis 14:14-18
Como profetizó V.M. Samael hace más de 60 años, el escenario está preparado para los procesos finales de esta raza. Antes de la catástrofe final tendremos tres momentos distintos de hecatombes nucleares, intercalados por guerras entre países, epidemias, hambre y otras privaciones. Paralelamente el acercamiento del planeta Hercólubus, produciendo todas estas alteraciones climáticas que estamos percibiendo, así como hacia el final la alteración de los ejes de la Tierra, aumentando los volcanes, terremotos, tsunamis, etc.
Aparte de los dolorosos procesos por los que tendremos que pasar (la pandemia fue la primera preparación para ello), tenemos que aprovechar esta conmoción adicional que recibiremos con la primera hecatombe nuclear para volvernos con más asiduidad en el trabajo interior, ya que al final todos seremos juzgados por nuestros actos y no por las buenas intenciones que tengamos en relación con la enseñanza.
Cuando hablamos de los antiguos alumnos, más de veinte años después del cierre público de las actividades del Movimiento Gnóstico, lo que notamos es que muchos de ellos están cada vez más identificados con las cosas de la vida cotidiana, los hermanos ya no se escuchan, no perciben lo nuevo que está surgiendo en relación a la Gnosis, ni la energía superior que se mueve desde el interior (porque cuando la oscuridad se hace más espesa, la Luz brilla más fuerte...).
Es importante tener claro que el tiempo de la cosecha se acerca. Pronto, los maestros Samael y Rabolú volverán a recoger sus frutos. Como habrá tres hecatombes nucleares, hecatombes que se producirán de forma espaciada, aún tendremos, quién sabe, una década para poner nuestro nombre en la lista de la cosecha de esta humanidad, cosecha que se materializará con el rescate por parte de las naves espaciales, ya sea para seguir trabajando en uno mismo en otro planeta o en la propia Isla del Éxodo.
El trabajo debe realizarse instante a instante, de momento, para ello el pasado no cuenta. Necesitamos deshacernos de las prisiones de la mente, con todos sus automatismos, sentimentalismos, identificaciones externas, ya sea por el dinero, el trabajo, el sexo opuesto, la comida, etc., porque todo esto está relacionado con nuestra personalidad y defectos psicológicos. El ego tiene sus trucos y muchos de los antiguos están cayendo o han caído ya por el intelectualismo exacerbado de las redes sociales, por la pasión por el deporte, las disputas políticas, los comportamientos pasionales, los vicios de los más diversos .... Cuánto tiempo precioso se pierde en las redes sociales, con lecturas y videos subjetivos, tratando de mezclar otras enseñanzas con la Gnosis, cosas que sólo nos distraen y no nos llevan a ninguna parte, manteniendo nuestra conciencia dormida.
Una clave para saber si estamos trabajando adecuadamente es en relación a las experiencias astrales, ya que, como antes, para recibir una guía espiritual a nivel interno, es urgente que despertemos, tanto física como internamente. Si no nos estamos desenvolviendo conscientemente en el astral o despertando dentro de algún sueño significa que físicamente estamos manteniendo la misma actitud mecánica diaria, no estamos logrando dar el golpe de lo nuevo dentro del trabajo psicológico. Por lo tanto, somos ciegos guiando a los ciegos o los ciegos siendo guiados por los ciegos. La clave del trabajo en este momento está en el Despertar de nuestra Conciencia y este despertar se da en el mundo físico y esto tendrá repercusiones en las otras dimensiones...
La Muerte Psicológica es la herramienta para trabajar sobre nuestros deseos, nuestros falsos conceptos y distracciones, así como en relación a la falta de voluntad para cambiar o buscar ayuda de otros hermanos que puedan guiarnos satisfactoriamente en estos procesos. En síntesis, tenemos que aprender a objetivar nuestros esfuerzos. Con disciplina se llega lejos, muchos lo han conseguido en otros campos y ahora necesitan demostrar a los maestros que pueden ser alumnos dignos de recibir una guía interior.
Volviendo a la cuestión de la guerra, lógicamente nadie la quiere y de ninguna manera se puede justificar. La guerra es y siempre ha sido algo atroz. Lo único positivo que uno puede sacar de la guerra es el esfuerzo que hacemos en ese momento para convertirnos en mejores personas, desarrollando la compasión por los demás, aprendiendo a tender la mano a los necesitados, aunque estemos tan lejos de esas guerras, ya que de alguna manera las consecuencias siempre llegan... Ciertamente como humanidad podríamos haber evitado la guerra, pero siempre existe el juicio de los actos de cada ser humano, así como de una nación, los jueces de la Ley hacen sus cálculos matemáticos todo el tiempo, y en este momento la humanidad ya está madura para el gran castigo. Hemos llegado a un alto grado de degeneración humana, violencia, degeneración sexual, drogas, mal uso de los recursos de la naturaleza, entre otros. Para todo hay un límite y el límite del mal son las infradimensiones y cada uno de nosotros debe luchar con valentía para no ser tragado por ellas en este momento, porque si no estamos atentos y priorizando el trabajo esotérico, las situaciones psicológicas y externas se vuelven cada vez más favorables para que tropecemos. Por el contrario, si nos lanzamos a trabajar sobre nosotros mismos de forma más ordenada, las condiciones necesarias para el éxito espiritual cristalizarán en el espacio psicológico, y seremos guiados por las Jerarquías Divinas, ya sea física o internamente.
Por lo tanto, no nos desanimemos. Es a partir de la dificultad que se pone a prueba el valor del estudiante y su capacidad de adaptación a las nuevas realidades que se presentan. Si nos mantenemos fieles a los principios y valores de nuestra Esencia, al final seremos recompensados. Es urgente que en cada momento nos acordemos de nosotros mismos, de nuestras partes internas y del trabajo que hay que hacer, llevándolo a cabo con habilidad, como siempre nos han enseñado los maestros. ¡Adelante!
¡Paz Inverencial!