MOVIMIENTO GNÓSTICO

 

A las puertas de la gran tragedia (explosiones atómicas), ¿dónde está el glorioso Movimiento Gnóstico, auténtica institución de difusión de la Gnosis, fundada por V.M. Samael y transmitida legalmente a V.M. Rabolú?

Legalmente, el Movimiento Gnóstico se inició en 1961 en Colombia, pero se sabe que desde que V.M. Samael lanzó la obra Matrimonio Perfecto (en 1950), se estaba realizando el trabajo de formar misioneros y grupos de estudio y práctica de la auténtica Gnosis.

 

Afortunadamente, antes de desencarnar, V.M. Samael presentó un discípulo a la Logia Blanca (V.M. Rabolú) y pudo salir de la escena. Este hecho se produjo documentalmente unos años antes (1975). Lo que ocurrió después de su muerte es comprensible, cuando no hay un trabajo de fondo como la muerte del ego. Algunos estudiantes no aceptaron esta directriz y fundaron otras escuelas o instituciones, muchos de ellos proclamándose maestros (como si convertirse en un verdadero maestro fuera algo tan sencillo...). Toda esta confusión y división de la Gnosis externamente se debió a la falta de trabajo interno, porque no desarrollamos las facultades capaces de investigar internamente la realidad de todos los hechos...

 

Lo mismo ocurrió más tarde, cuando V.M. Rabolú puso fin a las actividades públicas del Movimiento Gnóstico (ya en la denominación en el Nuevo Orden) en el año 1999 y falleció al año siguiente. La mayoría de los estudiantes gnósticos que participaron en esta auténtica institución, de nuevo, por no trabajar en sí mismos, se desviaron del verdadero camino.

 

Sólo que esta vez, al no haber físicamente un maestro de conciencia despierta, hubo un cambio de dirección para la difusión de la Gnosis: V.M. Rabolú entregó la obra "Hercólubus el Planeta Rojo" para el resto de la humanidad que aún no había tenido contacto con esta enseñanza. De esta manera, estos nuevos estudiantes pueden despertar sus conciencias trabajando sobre sí mismos, y pueden ir a las escuelas gnósticas o a la Iglesia gnóstica. A los antiguos alumnos les dejó el imperativo de que cumplieran la tarea (que siempre ha sido el principal objeto de reflexión aquí en este grupo): trabajar en la muerte del ego, de instante en instante, aprender a desenvolverse conscientemente en el astral e ir a la Iglesia Gnóstica y a los demás Templos de la Sabiduría para recibir el verdadero conocimiento.

 

De hecho, el imperativo de despertar internamente a los antiguos y a los nuevos es el mismo, lo que cambia es que los nuevos no necesitan pasar por todos los conocimientos intelectuales a los que están atados los antiguos (mil y una bibliotecas gnósticas en nuestras cabezas).

 

Entendemos que es inútil seguir cuestionando por qué las cosas tenían que ser así: La Gnosis hoy en día, con sus muchas divisiones y miles de traidores de los maestros haciéndose pasar por gnósticos y todavía difundiendo esta enseñanza públicamente (a través de cursos, conferencias, grupos, etc). Preferimos pensar que este fue el camino (libro Hercólubus) encontrado por las jerarquías para preservar el auténtico conocimiento, libre de todo intelectualismo subjetivo. Y todos los que conocen profundamente esta enseñanza saben que la fase actual es la de revolucionar o involucionarnos. No hay tiempo que perder. Es necesario que salgamos definitivamente de todo este intelectualismo y de una vez por todas, salgamos del estado tibio y seamos prácticos de hecho, aunque sea al final.

 

 Es evidente que la gran mayoría del estudiantado gnóstico a lo largo del tiempo ha fracasado en algunos o muchos aspectos y, en consecuencia, ha abandonado la Gnosis y la vía iniciática. A los que todavía se aferran a un hilo de esperanza hay que decirles lo siguiente: O subimos o bajamos, ¡el reloj de la humanidad ya es tiempo extra! Es necesario, pues, que cada uno haga un inventario psicológico de sí mismo, de lo que se ha perdido en estos años en relación con el trabajo sobre sí mismo. Qué defectos han destacado, qué malos hábitos se han desarrollado, a qué estamos dando demasiado e innecesario crédito (trabajo, apego a la familia, dinero, compromisos sociales, etc.). Donde la entropía ha actuado y nos ha dejado estancados. Un estudiante gnóstico debe tener siempre muy claro en qué está trabajando.  


El Movimiento Gnóstico siempre ha sido un tren en movimiento. Tenemos que ser conscientes en este momento si estamos dentro de este tren, si en alguna estación nos bajamos, o cómo vamos a volver a subir a bordo. Es urgente generar esta octava dentro de nosotros mismos. Si un estudiante se mantiene fiel a los principios gnósticos y a partir de ahora comienza a caminar decididamente hacia su liberación, es lógico que esta cuestión de la Tarea se produzca con el tiempo, como resultado de estos esfuerzos conscientes realizados por el estudiante. Un punto por el que debemos pasar y allí seguir... Por eso la Gnosis nunca se ha mezclado ni se mezclará con otros conocimientos. Tiene directivas muy claras de lo que una persona debe hacer para despertar su conciencia, y sólo estas directivas deben ser utilizadas para hacer este trabajo. A los que distorsionan estas directrices con falsos conocimientos o "falsa gnosis", la Ley Divina les esperará en muy poco tiempo; nadie dañará durante mucho tiempo este mensaje que viene de arriba, de las jerarquías divinas... 

  

¿Dónde podemos encontrar entonces el Movimiento Gnóstico hoy en día? Respuesta: ¡dentro de uno mismo! En un trabajo muy disciplinado e individual (sin grupos físicos). Si trabajamos seriamente sobre nosotros mismos, si recorremos este camino con hechos (y no más con discursos y golpes de pecho), la auténtica Gnosis de Samael, Rabolú y las demás jerarquías divinas vuelve a cristalizar dentro de cada uno de nosotros. Es en los mundos internos donde todos ellos nos esperan ansiosamente, para que finalmente podamos cumplir nuestro pacto con el Padre: alcanzar la Autorrealización Íntima del Ser... 

 

 

¡Paz Inverencial!