"Os daré lo que los ojos no han visto, lo que los oídos no han oído, lo que las manos no han tocado y lo que nunca se le ocurrió a la mente del hombre". (Evangelio de Tomas)
La sabiduría y el amor son las dos columnas torales de la Logia Blanca. El amor es una energía
que impregna todo y a todos. A través del trabajo consciente nos armonizamos con esta energía. Al elevar esta energía a nuestro corazón, llenamos de fuerza a nuestro Cristo interior y también contribuimos a aumentar esta llama que es el amor universal, una llama que emana del Absoluto. El Padre es la Sabiduría, el Hijo es el Amor, en el Espíritu Santo está el Poder, que nacerá trabajando con la castidad. Nuestra Madre Divina, como vehículo representativo de esta tríada superior, absorbe para sí todos estos atributos y trata de ayudar a quien busca la Luz. Nuestras partes superiores tienen la Sabiduría que necesitamos para llegar a ellos, pero para esto también necesitamos desarrollar esta Sabiduría en los planos inferiores. Porque si aprendemos a actuar con Sabiduría y Amor, el trabajo sobre nosotros mismos se vuelve un poco más suave y aprendemos a dar los pasos correctos hacia el despertar de la conciencia.
En la obra Pistis Sophia, del Maestro Jesús, se expresa todo el drama que el Alma tiene que pasar para adquirir el conocimiento de esta y de otras dimensiones, liberándose de las garras de los defectos psicológicos y del cuaternario inferior, que son los cuerpos de pecado. Así es como estamos hoy. Nuestra partícula de Alma, que es la Esencia, recibe el impulso de las partes superiores para liberarse y despertar su conciencia, pero necesita estar constantemente vigilante para no ser hipnotizada por las creaciones del Anticristo y dejarse llevar por las tentaciones del cuerpo de deseos...
Nuestra estrella interior, que es el Ain Soph, es muy antigua. Es una chispa del Absoluto. Digamos que no tiene sentido en este momento no seguir la llamada que hace nuestra estrella, para hacermos el camino de vuelta. Necesitamos deshacernos de las trampas de nuestros defectos y de los falsos intereses de nuestra personalidad, adquiriendo una postura diferente en relación a la nuestra vida cotidiana. Hay que debilitar lo fútil y lo superfluo y fortalecer lo que es real y verdadero, para que podamos despertar nuestra conciencia.
Para alcanzar la auténtica Sabiduría, el intelectualismo no sirve de nada, pues sólo proporciona información. Por otro lado, la percepción o el conocimiento total de algo surge a través de la práctica o la experimentación directa. Hay un aprendizaje que se realiza de forma física, ya sea para desarrollar una habilidad o en el ámbito de las relaciones. Pero la mayor Sabiduría que se recibe está en los mundos internos, y para eso hay que estar practicando la Gnosis de instante en instante, de momento en momento. Debemos aprender a convertirnos en un vehículo para recibir estos mensajes que recibimos en las dimensiones superiores de la naturaleza. Para recibir la Sabiduría necesitamos desarrollarnos dentro de la Doctrina del Corazón, que se basa en el recto pensar, el recto sentir y en el recto actuar, y junto con el despertar de la Conciencia abrirá las puertas al Salón de la Sabiduría.
Debemos ser sencillos para ser sabios. El orgullo místico no tiene nada que ver con estas obras. Debemos ser conscientes de que lo poco que hemos experimentado sigue siendo muy poco. El camino revolucionario es algo completamente espiritual. Si tenemos un pequeño avance en el nivel interno debemos dar estos créditos totalmente a nuestra parte espiritual, porque en ella está el interés de progresar de forma adecuada a lo que exige este conocimiento. Nuestra mente y personalidad, al estar más conectada a la materia, se interesa más por las ilusiones del mundo, a no ser que quiera sacar provecho material de algún conocimiento interno adquirido (falso o verdadero), presentándose como un falso maestro o discípulo.
Tenemos que despertar nuestra conciencia aquí y ahora y así se nos abrirán las puertas de los mundos internos. La facultad de comunicarse con las jerarquías y las partes superiores de nuestro Ser es y será siempre la Intuición. A través de ella no debe haber razonamiento. Por eso hay que acabar con todo tipo de deseos, emociones, pasiones, odios, egoísmos, violencia, ansias de acumulación, intelectualismo, prejuicios sociales, etc. Todo esto se interpone en la comprensión intuitiva de algo que se nos presenta. Cuando se nos muestra algo internamente tenemos que trabajar sobre lo que se nos presenta. Es como una tarea física que se nos encomienda y que tenemos que cumplir. Ver cuál es la correlación con las dificultades cotidianas que experimentamos, cómo se relaciona con el trabajo psicológico. Ciertos mensajes nos dicen que tenemos que prestar más atención a ciertos aspectos de un defecto psicológico, cambiar hábitos, establecer disciplinas, etc. La intuición es la clave para interpretar esta simbología y el trabajo diario sobre si la complementa, dando la posibilidad de recibir alguna orientación superior también durante el día. Tenemos que generar octavas sobre estos aspectos, con el objetivo de despertar nuestra conciencia.
Al despertar, nos acercamos a las diferentes partes de nuestro Ser. Partiendo del Absoluto, nuestra Mónada se desdobla en una díada, en una tríada y luego se desdobla en otras partes que van a constituir nuestro Ser. Cada parte actúa de forma autónoma e independiente, trabajando en secreto para que podamos realizarnos plenamente. Además de nuestra tríada superior, que son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, así como nuestra Madre Divina, tenemos muchas otras partes de nuestro Ser. Algunos ejemplos son el Intercesor Elemental, que es la parte que se relaciona con los elementales de la naturaleza, la Doncella de los Recuerdos, responsable de pasar la memoria de los sueños al cerebro físico, el Kaon interior, que anota nuestras buenas y malas acciones para el día de nuestro juicio final. Así como el Cristo histórico tenía sus doce apóstoles, nosotros también tenemos doce partes de nuestro Ser que son nuestros apóstoles internos Estos apóstoles cumplen una misión interna, con el objetivo de que despertemos nuestra conciencia. Por ejemplo, tenemos un Pedro interior, que nos enseña los misterios del sexo. El sexo es la puerta de entrada a los misterios. A través del sexo salimos del Edén y a través de él volveremos. No se puede acceder a los Templos de la Sabiduría sin castidad. La castidad y la pureza representan el regreso al paraíso perdido. La energía sexual debe ascender y si no asciende, querrá descender, porque los defectos y la Logia Negra querrán robar esta energía. Con el sexo adquirimos fuerza para el trabajo y aumentamos el poder de nuestra Madre Divina, también construimos los cuerpos necesarios para que un día podamos convertirnos en un auténtico vehículo de nuestro Ser.
Andrés es otro apóstol interior, nos enseña a trabajar correctamente con los tres factores de revolución de la conciencia. La cruz en X, a la que fue crucificado el apóstol físico, ya un emblema de la alquimia sexual. También significa que debe haber grandes esfuerzos y sufrimientos voluntarios para que el agua hierva a 100 grados, para que muera lo que tiene que morir en nosotros y nazca la verdadera Sabiduría de nuestro Ser. Al trabajar correctamente con los dos factores, practicaremos el tercero, como un deber que tenemos hacia esta pobre humanidad enferma.
Felipe es la parte de nuestro Ser que nos enseña a salir en Jinas y también en el Astral. Esta parte de nuestro Ser nos espera internamente para instruirnos. ¡Al cielo Felipe! - este es el mantram que utilizamos en el momento del desdoblamiento astral, para invocar su ayuda. ¡Al cielo Felipe! Una vez despiertos en el astral, aprendemos a invocar nuestras partes internas o las Jerarquías Divinas, para recibir la Sabiduría directamente de ellas. Invoquemos con el corazón. Las Jerarquías siempre responden a una petición sincera. Hagamos siempre estas prácticas con mucha dedicación y fe. Porque "la fe es el mayor poder del mundo", como ya nos dijo V.M. Samael Aun Weor.
Juan es el apóstol interior que nos enseña a manejar la Palabra. La Palabra se relaciona con el sexo y, por tanto, debemos ser puros, ya sea de pensamiento, de palabra o de obra. La palabra debe ser recta y la palabra debe ser exacta, al igual que en el trabajo sobre uno mismo. Con la Palabra podemos transmitir el pan de lo alto o la Sabiduría que hemos recibido y esto se relaciona también con el tercer factor, ya sea ayudando a un grupo más grande o a nuestro vecino necesitado. Hay 12 apóstoles interiores; aquí no podremos hablar de todos ellos.
Mateo es otro apóstol interior. Nuestro Mateo interior está relacionado con la verdadera Ciencia, no con esta falsa Ciencia del Anticristo, con sus bombas, inventos tecnológicos, mundo digital... Mateo se relaciona con las matemáticas superiores, con la ciencia elemental de la naturaleza. Los seres de otros planetas, que algún día rescatarán a los seleccionados, conocen profundamente la verdadera Ciencia. Para ello necesitamos despertar nuestra conciencia.
Judas es la parte de nuestro Ser que nos enseña la Doctrina de la Desintegración del Ego. El Ser y el Ego son como el agua y el aceite, nunca pueden mezclarse. El Judas físico se ahorcó para mostrarnos que el ego debe ser reducido a cenizas. El Desdoblamiento y la Meditación son prácticas diarias y fundamentales para el despertar de la Conciencia, pero el material a liberar para nuestro despertar, que es nuestra Esencia, sólo se adquiere a través de la lucha constante sobre nuestros defectos psicológicos. El trabajo de eliminación psicológica debe ser de momento a momento, de instante a instante. En estos estudios, los esfuerzos no cuentan, sólo los superesfuerzos...
"Velad, pues, en todo momento, orando, para que podáis escapar de todos estos acontecimientos que van a tener lugar, y estar en pie ante el Hijo del Hombre" (Lucas 21:36)
Así que tenemos que estar trabajando, para saber cómo actuar ante las adversidades que estamos enfrentando, aquí y ahora, y las que vendran en el futuro.
"Velad, pues, porque no sabéis en qué día vendrá vuestro Señor". (Mateo 24:42)
También debemos aprender a vivir entre las ovejas y las cabras. Porque hay mucha maldad en los virtuosos y mucha bondad en los malvados. No es que nos pongamos a vivir en medio de los malvados, pero en la vida cotidiana, en la interacción social, aprovecharemos las situaciones que se presenten y de ellas extraeremos toda la Sabiduría que podamos absorber. Siguiendo con el tema del Ego, es interesante saber que en ningún caso quiere morir. El Ego siempre se proyecta en el futuro a través del presente, por lo que la clave está en trabajar en uno mismo momento a momento, sin identificarse con nada, para percibir el momento en que un detalle quiere actuar. Este detalle siempre alimentará un defecto mayor y así seguimos siendo los mismos de siempre. Por eso se dijo que el Ego se proyecta hacia el futuro, a través del presente. Hay que dar la sacudida necesaria para que nuestra conciencia pueda levantar vuelos más altos.
Santiago es la parte de nuestro Ser que nos enseña los misterios de la Alquimia. A través del equilibrio de los centros y ya dentro de la práctica del Arcano, vamos avanzando en los diferentes colores del Mercurio sexual. Recordando que el Mercurio es el Ens Seminis que será transmutado. Y estos mercurios, a medida que los trabajamos, pasan por octavas. Así que tenemos el mercurio negro, el blanco, el amarillo y finalmente el rojo, que es el punto en el que vamos a producir el Hidrógeno SI-12, que es el momento en el que el estudiante despierta el fuego sagrado, para iniciar el ascenso de la Kundalini a través de la columna vertebral.
¿Y qué diremos de Tomas? Nuestro Tomas interior nos enseña a manejar nuestra mente, a ser sensatos. En esta época en la que vivimos, equilibrar la mente es un aspecto muy importante para trabajar con nosotros mismos. Tomas es una parte de nuestro Ser que se relaciona con el sentido del entendimiento. Tomas dentro de nosotros significa, la cognición, la comprensión, la paciencia infinita. Tomas está relacionado con el discernimiento y cuando se trata del trabajo esotérico, todo se vuelve más claro a medida que despertamos nuestra conciencia. Así vamos a relacionarnos de forma más positiva con las diferentes partes de nuestro Ser.
Como práctica para este tema dejaremos aquí la práctica del equilibrio de los Centros. Es muy común, por las tareas diarias o por la identificación con algo, sobrecargar uno de los centros de la máquina humana. Sabemos que hay cinco centros inferiores de la máquina humana, que son el mental, el emocional, el sexual, el motor y el instintivo, y otros dos centros superiores, que son el mental y el emocional superior, este último no está localizado en el cuerpo físico, pero las Jerarquías y las diferentes partes del Ser pueden enviarnos mensajes a través de estos dos centros superiores. El Maestro Rabolú nos enseña que debemos tener una atención constante sobre la mente, el corazón y el sexo, porque a través de uno de estos tres centros se expresarán los detalles y entonces apelamos a nuestra Madre Divina para que elimine ese detalle. También a través de la disciplina podemos ocuparnos de rotar el uso de estos centros. El maestro Samael hizo una vez este ejercicio con sus discípulos, practicando la rotación del uso de los centros intelectual, emocional y motor. Por ejemplo, podemos utilizar el centro intelectual durante una hora, alrededor de una hora, digamos, para el estudio, el trabajo, algún tipo de planificación, alguna lectura que tengamos que hacer, alguna noticia, alguna información útil, que nos lleve a algo, a una información más objetiva. Después de esta hora, podemos turnarnos para utilizar otro centro, en este caso el centro emocional. Luego podemos escuchar algo de música y practicar un poco. Incluso una lectura inspiradora activa el centro emocional, una lectura de los grandes maestros. Esto es durante media hora y luego podemos utilizar el centro motor. No estamos diciendo que tenga que ser en este orden, sólo proponemos una rotación de los centros. Porque como se ha dicho, es común que a veces desgastamos un centro y esto llegará al centro sexual y la máquina humana está en completo desequilibrio. Siempre nos quedamos en la cuestión del mercurio negro. Así que podemos utilizar el centro motor durante otra media hora, por ejemplo. Tareas domésticas, tenemos que limpiar la casa, hacer algo, ordenar algo, arreglar algo en la casa, paseos, ejercicios físicos. Así que todo lo que está relacionado con el centro motor. Tal y como lo planteamos, el tiempo se acercó, no significa que tenga que ser algo exacto, sino la idea de que necesitamos desarrollarnos de forma armoniosa en relación con los centros de la máquina humana. De este modo, un día podremos, a través de este equilibrio, producir el hidrógeno SI-12. En relación con el centro instintivo, entran los aspectos de la alimentación, la calidad, no sobrecargar el proceso de la digestión, priorizar la salud del cuerpo, dar un descanso adecuado, descansar en el momento adecuado, la cantidad correcta de sueño. Y el uso del centro sexual está reservado para la práctica del Arcano, y esto se refiere a las personas casadas.
Practiquemos, practiquemos más y más. No nos desanimemos. Practiquemos siempre, con mucha fe. La sabiduría del Ser nace en nosotros, en la medida en que nos esforzamos por contactar con El. Estemos preparados. Siempre...
¡Paz Inverencial!
Colaboración: hermanos gnósticos del S.O.S.