EGO, PERSONALIDAD, ESENCIA Y AUTOOBSERVACIÓN
Continuando el estudio sobre nosotros mismos, entraremos en el tema de la composición interna de nuestra psique. Sabemos de antemano que internamente estamos compuestos de luz y tiniebla. En el conocimiento gnóstico, aprendemos que la Luz corresponde a la Esencia y las tinieblas que llevamos dentro corresponde al Ego. Y que seguimos teniendo una Personalidad, que suele estar al servicio del Ego.
LA ESENCIA
Lo mejor de nosotros, lo más verdadero y puro que reside en un individuo es su ESENCIA. La Esencia nos
da la belleza interior, que se expresará a través de las virtudes: paciencia, verdad, compasión, bondad, caridad, esperanza, armonía, belleza, valor, humildad, generosidad, pureza, amor, alegría, etc. Contiene todos los datos que necesitamos para alcanzar la Autorrealización Íntima de nuestro Ser.
La Esencia es este principio del alma que hace que cada niño sea bello y encantador en sus primeros años de vida. Y como se puede ver en cada ser humano, a medida que este niño crece, el brillo inicial de su Esencia se desvanece. Nos volvemos opacos y cuando llegamos a la edad adulta, nuestra conciencia pasa la mayor parte del tiempo dormida. Porque a estas alturas estamos dominados por el 97% de una naturaleza inhumana que nos hace terriblemente feos, llamada Ego.
Si hoy estamos leyendo este texto, es porque nuestra Esencia lleva mucho tiempo inquieta, buscando un sentido superior a la vida. Tal vez a nuestros ojos, la vida ordinaria y corriente, con sus objetivos puramente materiales, suene vacía y aburrida. Y este sentimiento de incompletud, que nos mueve en esta búsqueda de autoconocimiento, proviene del anhelo espiritual que lleva nuestra Esencia.
PERSONALIDAD
La PERSONALIDAD es el vehículo de manifestación de nuestros defectos. Es hija del tiempo, creada en los primeros siete años de vida. Pero eso no la hace menos perjudicial para nuestro despertar.
Formamos nuestra personalidad durante la infancia, de acuerdo con la cultura, la educación, los ejemplos, los condicionamientos, las carencias, los traumas y las necesidades del ambiente en que vivimos. Así creamos un filtro, donde algunos defectos (yoes psicológicos) pueden manifestarse en nosotros y otros no.
Por ejemplo, en casa de unos estaba mal expresar cualquier frustración o enfado, en casa de otros todo el mundo hablaba demasiado alto, hay hogares donde el niño, por ejemplo, no puede decir «no»...
Así, cada uno de nosotros se ha creado una personalidad: el matón, el salvador, la niña buena, el agregador, la víctima, el buen tipo, el inteligente, el hablador, el callado, la divertida, etc.
Lo grave de todo esto es que a día de hoy «funcionamos» con los permisos que teníamos en la infancia y esta es una forma falsa e ineficaz de actuar y existir. La personalidad es un filtro que distorsiona nuestra percepción de la verdad.
Ejemplos:
El matón interpretará todo lo que se le ponga por delante como un desafío y reaccionará con el ego de la ira. El salvador querrá ayudar a todo el mundo, aunque no se lo pidan. Se sentirá culpable y responsable de cosas que no le corresponden y adquirirá problemas que no ha creado. De este modo, queriendo hacer el bien, a menudo se vuelven irrespetuosos e invasivos. La niña buena pintará de rosa las «cosas malas» que le ocurran, con la convicción de que, si se esfuerza un poco más, todo saldrá como ella espera. Sin darse cuenta de su incapacidad para afrontar los conflictos y adoptar una postura asertiva cuando se enfrenta a una diferencia con sus compañeros. Una personalidad llena de miedos y que se rechaza a sí misma.
Una persona que forma una personalidad basada en un acontecimiento de rechazo tendrá acceso a defectos relacionados con este rechazo y siempre «encontrará» acontecimientos de esta naturaleza en su visión de la vida. Teniendo esto en cuenta, no es difícil darse cuenta del peso que esta personalidad tiene en nuestra existencia.
La cuestión es que, independientemente de la identidad que adoptemos, siempre acabamos pensando lo mejor de nosotros mismos, porque no solemos vivir fundamentados en la REALIDAD. Lo cierto es que, si echamos un vistazo honesto a nuestra vida, veremos una secuencia de problemas que siempre vuelven a surgir, mostrándonos que algo no está del todo bien y necesita ser cambiado.
Sin duda, sea cual sea nuestra Personalidad o los «yoes» que se permiten actuar libremente en nuestra máquina humana, todos llevamos dentro los 7 pecados capitales. Puede que a una persona no se le haya permitido sentir ira en la infancia, pero la ira existe y cuando surge, el sentimiento implosiona dentro del individuo y el cuerpo sufre erupciones en la piel, o le sube la presión, o pierde el sueño, etc. Los defectos psicológicos siempre causan mucho daño...
EGO
El EGO es un conjunto de vicios, deseos y manías, es decir, es la pluralidad psicológica que llevamos dentro. Es la suma de entidades distintas (yoes) sin orden alguno y sin nada divino. Todas nuestras contradicciones, angustias, dudas y confusiones se deben a la actividad del Ego en nuestro interior. Todas nuestras corrupciones, mentiras, debilidades, odios, dependencias, depresiones, ansiedades y egoísmos se deben a esta segunda naturaleza, que aprisiona la Esencia dentro de sí. Somos un 3% de esencia libre y un 97% de esencia embotellada en el ego.
El ego es una distorsión del amor. Vemos la representación perfecta del Ego en los 7 pecados capitales: Ira, lujuria, orgullo, envidia, gula, pereza y avaricia.
Estos defectos psicológicos (yoes) se alternan en nuestro interior y pasamos el día de reacción en reacción, ya que un defecto actúa siempre para satisfacer su apetencia particular, llevándonos al desequilibrio. Por ejemplo, la gula nos hace comer en exceso y elegir alimentos que no nutren nuestro cuerpo, sino sólo nuestros sentidos. La envidia nos hace desear el mal a nuestros semejantes y, llevados por ella, a menudo dejamos de hacer el bien que está a nuestro alcance. La mentira nos lleva a tergiversar los hechos para adaptar la realidad a lo que nos conviene, alejándonos de nuestro Padre interior, que es siempre la VERDAD. La ira nos hace enfadarnos hasta con la «alegría ruidosa» de los niños.
Así somos: sufrimos y hacemos sufrir a nuestros semejantes por culpa de estos defectos. Estos «yoes» son la causa de nuestros problemas, por eso necesitamos ser honestos con nosotros mismos. Tenemos que darnos cuenta de que nunca hemos estado dispuestos a ver la vida con los ojos de la conciencia, siempre hemos estado interpretando las cosas a través de la óptica caduca de una Personalidad que creamos hasta los 7 años y que hemos reforzado con el tiempo. Y que detrás de ese velo, hay una realidad diferente que sólo podemos percibir cuando estamos anclados en la Esencia, observándonos a nosotros mismos, a los acontecimientos y a las personas tal y como son, sin juicios, sin expectativas, atentos a las percepciones que surgen en nuestro cuerpo. Estar presente, estar en el cuerpo, en el ahora es una valiosa herramienta que nos conecta con nuestra Intuición, que es una facultad de la Esencia.
Cuando ejercitamos la conciencia en nuestra vida cotidiana, ¡todo cambia! Llegamos a contar con muchos recursos de la Esencia que actualmente no utilizamos porque estamos hundidos en un estado de adormecimiento psíquico que nos atrapa en las divagaciones mentales del Ego, completamente disociadas de la realidad. El adormecimiento es un estado de distracción y letargo creado por la acción del Ego en nuestra psique, y se está apoderando de la humanidad moderna. Somos personas distraídas; no hace tanto tiempo vivíamos, cocinábamos, conducíamos, trabajábamos, perdidos en nuestros pensamientos, en las historias que se desarrollaban dentro de nuestras cabezas. Con la llegada del móvil, todo se ha agravado, porque además de seguir perdidos en el sinfín de pensamientos, hacemos TODO con el móvil a mano, aumentando nuestro estado de desconexión de la realidad. De esta forma, vamos perdiendo la conexión con la vida, con el vivir. Poco a poco perdemos la sensación de disfrutar del momento y más que nunca necesitamos este estado de presencia para sorprender al Ego que actúa en nuestro interior.
AUTO OBSERVACIÓN
La AUTO OBSERVACIÓN es la técnica clave del autoconocimiento. Es un acto de atención concentrada en uno mismo, que mueve la Esencia libre, sacándonos del letargo en el que nos encontramos. Auto observarse significa permanecer anclado en el ahora en las situaciones cotidianas de la vida, en estado de vigilancia y observando todo tipo de diálogo interno, ideas, sentimientos, recuerdos e impulsos que suceden en nuestro interior. Debemos observarnos de instante en instante, de momento en momento, para descubrir nuestros defectos psicológicos en acción.
Es a través de la auto observación que podremos darnos cuenta de lo que nos falta y de lo que nos sobra, para saber lo que realmente somos, en lo oculto, fuera de las corazas que hemos creado para relacionarnos (Personalidad). Es un trabajo que nos devuelve a nuestra verdad interior, separando la luz de la oscuridad. Pues en esta tarea, hay una división entre el OBSERVADOR, que es nuestra Esencia, y el OBSERVADO, que es nuestro Ego.
“El sentido de la Auto Observación Psicológica se desarrolla y se desarrollará en cada uno de nosotros a medida que lo utilicemos. No olvidemos que un sentido que no se utiliza se atrofia. Llegará un día en que el sentido de la Auto-Observación Psicológica en vosotros se desarrollará de tal manera que seréis capaces de percibir, como yo mismo, tales agregados indeseables, y más aún, seréis capaces de daros cuenta de cómo trabajar sobre tales agregados.” V.M. Samael Aun Weor
La práctica constante de la AUTO OBSERVACIÓN requerirá esfuerzo y disciplina. Y con esta práctica continua, cada día estaremos más atentos y empezaremos a percibir los diferentes defectos (yoes) como algo aparte de nosotros, hasta el punto de mirarlos con extrañeza, como algo que distorsiona nuestra percepción de la realidad, y así surgirá un verdadero deseo de cambio.
Después de leer este texto, nos hemos dado cuenta de que hay muchas personas que viven dentro de nosotros. Pero este conocimiento sólo se hará comprensible cuando observemos esta multiplicidad manifestándose en nuestros pensamientos, en nuestras dudas, en esa letanía que se apodera de nuestra mente cuando nos vamos a dormir, etc. La finalidad de observarnos es resaltar la multiplicidad que somos y desde este prisma poder trabajar en la eliminación de todo este conjunto de defectos psicológicos (Ego).
Este es el camino del Despertar de la Conciencia, un camino de autodescubrimiento. A través del trabajo continuo de Auto observación y aniquilación del Ego (Muerte Psicológica), generamos una profunda transformación en nuestro interior. Así es como emprendemos el camino de regreso hacia nuestra Esencia: hacia las estrellas...
¡Paz Inverencial!
Colaboración: Estudiantes gnósticos de Gnosis para los Pocos / S.O.S.